Durante la guerra del PacÃfico y, especÃficamente, durante la campaña de Arica, el rol de Pedro Lagos fue vital para apoderarse de uno de los puntos más estratégicos de la región: el morro de Arica.
Hijo de Manuel Lagos y Jaraquemada y de Rosario Marchant, Pedro Lagos nació en Chillán en 1832. Fue el primero de 15 hermanos y, a pesar de la deficitaria condición económica de su familia, ingresó a la escuela de su ciudad natal. Tras ello, continuó sus estudios en el colegio fundado por el español José MartÃnez.
Su empeño lo llevó a ingresar a la edad de 14 años a la Escuela Militar; al año siguiente ya recibÃa el grado de cabo primero. En 1849 se incorporó con el grado de sargento segundo al batallón Chacabuco, el mismo que en abril de 1851 se amotinó contra el recién electo presidente Manuel Montt. Lagos, al encontrarse en ValparaÃso, no fue parte de esta acción e, incluso, permaneció fiel a las instrucciones del presidente Montt. Tras la revuelta, por su lealtad, fue ascendido al grado de teniente. Hasta 1857 continuó alcanzando nuevos rangos en el escalafón militar, realizando operaciones en las guarniciones de Chillán y Concepción.
En 1860 participó en la pacificación y ocupación de la AraucanÃa, siendo integrante de las expediciones a Mulchén, Angol y Nacimiento. Sus acciones no solo le otorgaron el ascenso al grado de teniente coronel, en 1866, sino que, además, lo hicieron acreedor de importantes extensiones de tierra, en su mayorÃa cerca de Mulchén. Hacia fines de esa década, se retiró junto a su esposa y prima, Juana Lagos, a su fundo cerca de Chillán.
Alejado de la vida militar, en 1875 retornó al ser designado, por el presidente Federico Errázuriz Zañartu, intendente de la provincia de Ñuble; tres años después, fue nombrado comandante en Mulchén y en 1879 asumió la intendencia del BiobÃo.
Estaba cumpliendo sus funciones en el sur cuando estalló la guerra del PacÃfico. En mayo de 1879 partió a la zona de conflicto junto a su regimiento Santiago, a bordo de la embarcación nacional RÃmac. Tras ello, combatió en las batallas de Antofagasta, Tocopilla y Pisagua. Sus actuaciones le valieron la admiración del ministro de Guerra chileno, Rafael Sotomayor, quien decidió nombrarlo jefe del Estado Mayor General del Ejército. Sin embargo, no ostentó por mucho tiempo el cargo, ya que algunas diferencias con el general Erasmo Escala lo hicieron renunciar, para volver al sur del paÃs.
Toma Morro de Arica
Tras la dimisión de Escala del Ejército, a mediados de 1880, Pedro Lagos retornó al campo de batalla, como ayudante del general Manuel Baquedano. Fue partÃcipe de las campañas de Tacna y Arica, en las que nuestro paÃs superó las condiciones adversas y derrotó a las fuerzas enemigas.
Durante esa misión ocurrió el enfrentamiento que demostrarÃa toda la astucia e inteligencia de Lagos: la toma del morro de Arica, fechada un 7 de junio de 1880. Ese dÃa, a cargo de 4.000 infantes, fue capaz de apoderarse de la ciudad y del morro; la cima de este último se conquistó en tan solo 55 minutos, transformándose en una verdadera hazaña durante la guerra del PacÃfico.
Pedro Lagos continuó dirigiendo a las tropas chilenas durante el conflicto, participando en las batallas de Chorrillos, Miraflores y el ingreso a Lima. Para esta última campaña, fue nombrado comandante en jefe del Ejército de ocupación. A su regreso a Santiago y tras los inmejorables resultados de su gestión, fue designado comandante general de armas de Santiago.
Murió el 18 de enero de 1884 en Concepción.